17.12.06

Viaje a Bélgica: parejitas on tour

Bueno, tras el post inicial de Rubo voy a seguir con este blog comunitario aportando mi narración del viaje que hicimos Alvatrez, Maite y yo a Lieja (Bélgica) para ver a Maricruz y ya de paso ver ese extraño país llamado Bélgica.

Tomamos los tres el vuelo en San Javier con Jet Air Fly. El vuelo estuvo amenizado por las turbulencias de rigor y por la peste que había en el avión. También apagaron las luces de golpe una vez, con lo cual no nos aburrimos. Detrás nuestro había un señor negro (como diría Luis Aragonés) que iba un poco mareadillo porqu se había tomado un copazo de Veterano (el del Toro) en el aeropuerto.

Mari nos recogió en el aeropuerto de Bruselas y pillamos el primero de los miles de trenes del viaje. Llegamos a Lieja y tras cenar unas pizzas nos acostamos.
A la mañana siguiente otro tren hasta Brujas. Día de perros, con lluvia y viento; lo que no nos impidió ver esta ciudad medieval. Además Maite vio a su profe Antonio, que también venía en nuestro vuelo, que llevaba un chubasquero digno del capitán Pescanova. Tras comer y entrar en la típica tienda de Tintín nos tomamos un chocolate, el mío con coñac como debe ser.

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Volvimos a la estación y pillamos el tren. Ya en casita cocinamos lo que nos quedaba por allí y nos acostamos tempranito, no sin antes comernos unos crepes del Champion con chocolate.

El Viernes más de lo mismo: desayuno, tren hasta Gante, y a ver la ciudad. Como llovía cogimos un tranvía en St. Pieters Station (os suena?) que ni por asomo pagamos. Ya en la ciudad entramos a un par de iglesias y al impresionante castillo. Seguimos con la visita y antes de pillar el tren nos compramos unos bocatas ayudados por un tipo que hablaba español. Al final, y como es natural, su bocadillo acabo en nuestra bolsa por error.



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Ya en Bruselas nos tomamos unos gofres y nos dirigimos a la place Central donde había iluminación navideña, un árbol y un belén. Vimos el Maneken Pis y la catedral y nos dirigimos a la estación de tren. Allí nos vimos inmersos en una marea humana que quería coger su tren y que nos arrastró hasta el andén. Ya en Lieja tomamos comida que habíamos pillado en un restaurante chino y el crepe de rigor.

Al día siguiente nos fuimos para Holanda, es decir para Maastricht que está cerca de Lieja. En el tren nos echamos una partida más de mentiroso (como las de London on Tour) y vimos como la policía holandesa se incautaba de un tipo que calzaba unas botas del 56 rotas y que no llevaba DNI ni cara de acordarse de qué era eso.

En Maastricht nos paseamos por la ciudad, nos subimos a una noria... pero lo que íbamos buscando es lo que todos pensáis: un coffee shop. Tras varias vueltas conseguimos encontrar uno. Pedimos unos tés y unas cocacolas y la chica nos señaló hacia una esquina cuando le preguntamos por la maría. Allí vimos a un tipo, el camello en cuestión, al que le pedimos dos joints (7 euros¡). Se fue para dentro de una especie de chiringuito que tenía. Mientras nos fumábamos uno vimos como se llenaba el bar de fumetas que hacían cola ante el chiringuito.



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Volvimos un poco mareaillos, poco la verdad, a Lieja y Álvaro y yo nos fuimos al súper y después preparamos una gran cena a base de pasta y ensalada... y de postre crepes of course. Después nos fuimos a tomar peket (licor con zumo) y a varios bares. En uno de ellos empezaron a poner clásicos en español (así es María, blanca como el día) y a aparecer personajes. Uno de ellos vestido de San Nicolás (el Papá Noel belga) repartiendo regalos de Eristoff. Otro era el viejo bailón y otro mini yo, un calvo de 1, 60 al que sus amigos se pasaban como si fuera una pelota.

Tras el crepe de rigor nos acostamos. A la mañana siguiente (mejor dicho mediodía, que para eso era Domingo) nos dimos una vuelta por Lieja y subimos los 374 escalones de una escalera gigantesca. Atención al vídeo.



Tras comer Boulet (pelotas de conejo típicas de allí) nos fuimos a patinar, algunos mejor que otros jejeje y después a cenar. El Lunes nos fuimos para el Aeropuerto de Charleroi donde a Álvaro le facturaron la mochila porque llevaba dos botes de chocolate belga (no marroquí) y mil pastillas (para la garganta). Después del vuelo y la estancia en Valencia (bufada a comer las añoradas tapas) llegamos el Lunes por la noche a Murcia. Fin del viaje y de nuestros servicios.

6 comentarios:

J. R. Bizarro dijo...

Ok, camarada Basi, me has ilustrado bien sobre vuestro periplo por Lieja y alrededores. ¡Qué grande! A ver si se organiza uno para el año que viene por otros lares. Por cierto, Maastricht está de lujo, una ciudad muy europea, tranquila... qué bien que fuérais.
Grande el vídeo también. Muy bueno ese comentario final a lo Robert De Niro.
Salud!

Rubben dijo...

Joojjojo!! Grandísimo el vídeo.

La cara del Basi subiendo los escalones no tiene desperdicio, da miedo incluso.

Pero lo mejor, sin duda, el comentario de Álvaro (seg 25) echando por tierra todo el esfuerzo y sacrificio de subir esos escalones con un simple y desganado: ¿Qué es esto, tio? (o eso me parece entender) Como diciendo: "Acho, pa 'eso me quedo en mi casa (o abajo)".

Muy típico de él.

Me alegro que lo pasaráis tan bien. ;)

Anónimo dijo...

Jaja...vaya video!A lo Mikael Mur de la Era Arta! Es un lujo viajar con este tio, supongo que algunos ya lo sabreis...aunque también sabreis su puta devoción por todo aquello que lleva tres lineas y cuatro nombres mal puestos (ese mapa weno!)rayante hasta decir basta!jeje
Rubo, creeme que dí gracias a Dios cuando llegué al final de la escalera, y menos mal que estaba el chavalín de turno (a mitad de subida) para el pertinente avituallamiento! De todos modos, las vistas eran impresionantes.
Un saludo compañeros!

basiliopc dijo...

Jeje, gracias Sr. Nadie, con vosotros también da gusto viajar... y lo confieso los mapas me vuelven loco.
Se me olvidó contar que en el escalón tropocientos había un chaval vendiendo dulces pa sacarse porque pertenece al equipo belga de vela!!!!
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un tema (perdonad mi desconocimiento): ¿Quién es Raskolnikov?

Rubben dijo...

Ni puta idea, oiga.

Pero me imagino que será Antonio, que es la otra persona a la que le envié la invitación.

Muéstrese, Raskolnikov!